Que la concentración del sector en manos de los grandes operadores no iba a ser buena cosa para los clientes era algo que todos temíamos. La reducción de la competencia mediante las compras de Jazztel, Ono o Simyo y el uso de marcas blancas por parte de los grandes operadores para atacar el segmento low-cost está comenzado a acabar con la tendencia de estos últimos años en los que se ha producido un abaratamiento generalizado de los costes para el usuario de la telefonía móvil. Así, antes de verano los tres operadores con red propia aumentaban el coste del establecimiento de llamada hasta los 20 céntimos, y Yoigo se suma a ellos incrementando el precio por este concepto a partir del próximo 15 de septiembre a todos sus clientes con tarifas de coste por minuto.
Desde ayer el operador de TeliaSonera está enviando un SMS a todos sus clientes indicando que a partir de mediados del mes que viene el coste del establecimiento de llamada se vera incrementado en 1,85 céntimos en todas las tarifas no ilimitadas (ya que en estas no se cobra coste de establecimiento). Esta subida afecta tanto a las de contrato como a las de prepago y ya que legalmente es un cambio en las condiciones del contrato firmado por Yoigo con los clientes en su día, el propio operador indica en el mensaje que en caso de no estar de acuerdo el cliente puede solicitar la baja sin penalización . Lógicamente esta baja no penalizada no aplica a los compromiso por adquisición de terminales, que deben ser satisfechos íntegramente por el cliente en caso de querer dejar la compañía. Por su parte, la organización de consumidores Facua ha advertido a Yoigo de que subir el establecimiento a consumidores con contratos de permanencia es ilegal.
¿Y que pasa con el establecimiento en los operadores virtuales?
Con este movimiento todos los operadores con red propia de nuestro país han incrementado ya el establecimiento de llamada hasta los 20 céntimos desde que Movistar empujase la primera ficha de este dominó a principios de año. La cablera vasca Euskaltel fue más allá y lo subió hasta los 24 céntimos lo que representa una subida del 32% por este concepto. Si bien menor, la subida del 10% que ahora ejecuta el operador de la verdad verdadera no es baladí si tenemos en cuenta que el establecimiento de llamada es el mayor de los costos de unas comunicaciones en las que, en muchos casos a día de hoy, ya no se paga por los minutos hablados. Para hacernos una idea, un cliente que hable dos horas al mes en llamadas medias de unos dos minutos verá como su factura aumenta algo más de un euro cada periodo.
Con este escenario es previsible que a medida que los operadores virtuales tengan que renegociar con sus proveedores de red los contratos de acceso a la infraestructura se vean forzados a incrementar también el precio de los establecimientos. ¿Y los virtuales que son marca blanca o propiedad de los OMRs, léase Amena, Lowi o Simyo? Quizá los grandes traten de aprovechar su posición dominante para atacar con dureza por ese flanco al resto de compañías a las que deben dar servicio. Por eso este era uno de los varios puntos para los que el operador virtual Suop solicitaba regulación por parte de la CMNC en su denuncia contra Orange, Movistar y Vodafone.
Y más subidas, Orange y la tarifa Canguro
Pero Yoigo no es la única compañía que aprovecha el verano para subir precios. El mes de agosto ha comenzado además con el anuncio de la subida por parte del operador francés de su tarifa convergente Canguro, para la que Orange ha preparado una subida de cuota de dos euros mensuales a partir del 20 de septiembre. Convenientemente acompañada como ha venido ocurriendo en otras ocasiones por una subida de 500 MB en la capacidad del bono de datos del móvil, la organización de consumidores FACUA ha denunciado al operador por su continua modificación de tarifas sin respeto de ningún tipo de compromiso de carácter temporal y ha indicado a los clientes de esta tarifa que tienen derecho a a exigir el mantenimiento de las condiciones contratadas o a darse de baja y demandar la penalización indicada en el contrato de permanencia que firmaron en su momento.